El déficit de habilidades socava la competitividad y el empleo, afectando negativamente al 39% de las empresas de la UE. Es probable que este siga siendo un desafío clave para la industria agroalimentaria de la UE en los próximos años, y una prioridad política que seguirá después de EU2020. El Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (CEDEFOP) reveló en 2015 que, junto con el déficit en las habilidades debido a la falta de disponibilidad de competencias correctas, el 60-80% de la carencia de habilidades es en realidad una deficiencia solo aparente. Estas aparentes lagunas están más bien vinculadas a prácticas ineficaces de Gestión de los Recursos Humanos (RRHH), como la inversión inadecuada, formación continua de trabajadores, trabajos de baja calidad o pocas oportunidades de promoción. Frente a estos hallazgos, el CEDEFOP respalda el amplio consenso académico que afirma que «un ingrediente crucial para maximizar la calidad de un empleo es la gestión de los recursos humanos de las empresas».
El sector agroalimentario se enfrenta a desafíos de recursos humanos severos y específicos, y una gestión adecuada será una importante fuente de ventaja competitiva en el próximo mercado agroalimentario mundial. Sin embargo, muchas empresas no son conscientes de este hecho, por lo general coincidiendo con aquellos con una gestión estratégica de recursos humanos débil.